LOS CAMINOS DE LA HAPPY  ThOUR

20.08.2019

    De todo hay por esos caminos y andanzas, pero en los viajes por todo lo largo y ancho de este mundo -que diría el Capitán Tan- nunca falta la HAPPY HOUR. Porque la conocida expresión inglesa es preludio y antesala de momentos felices y alegres, de solaz y esparcimiento. Es la hora del relax y del suspiro que escapa, cual expresión de un "por fin", "ya tocaba", o un "Eureka", sin Arquímedes. Hora de aflojar nudos de corbata, cuellos y bocamangas de asfixiantes camisas "ejecutivas", de liberar un botón más de la guayabera, aflojando ropajes, sin perder la esencia, el toque "extra", que en castellano nítido, sin desfajarse. El momento oportuno para el penúltimo retoque de rubor y carmín, amortiguando un inoportuno destello del espejo, traidor sempiterno. Hora de miradas cómplices y expresiones sedientas, incitantes al placer. Es la Hora. 

   Hora de un dióxido impaciente y tumultuoso, que hace fluir chelas, birras y rubias de grifos surgentes, tirada tras tirada, coronando tarros, pintas y cañas de pilsner, pale, lager y más. De chapas, corcholatas y tapas, que ceden y saltan, liberando cuartitos, botellines y tercios, tentación de sabores, maltas, jarabes y amarguras lupuladas, combinando aromas florales, cítricos y hasta moscateles....  

   Hora de la plática, el comentario y la opinión de los lugares y monumentos visitados, es tiempo de la  complacencia o el desencanto, de la crítica y algunas explicaciones, de la anécdota propia y ajena. Es la hora de escuchar al viajero ecuánime, que siempre encuentra y entresaca "el lado bueno de las cosas" y hasta para el enfadoso omnipresente, que en el primer café del día desata su tabarra o matraca.

   La Cheve milenaria y viajera del tiempo, enhebrada con pueblos, épocas y culturas diversas, en un tiempo alimento y brebaje sagrado, en otros, bebida de bárbaros, "vinus corruptus" de los romanos, hasta la bebida popular en épocas más recientes.

   Tras esos caminos y encrucijadas, fue ahijada predilecta de monjes, acogida y celosamente resguardada en los cenobios y monasterios, engrandecida entre el sosiego y la quietud, "tornóse obra perfecta de sus manos". Y perdura la perfección, porque aún a día de hoy, la cerveza monacal continúa en lo alto, como la mejor del mundo. Quizás sea por mano santa, -más de alguna hay-, sus muchas oraciones y la especial bendición. 

                "Quien toma a Dios por padrino, tranquilo va en su camino"

   En el siglo XXI y sobre todo en la década actual, la cerveza dejó de ser cosa de 2, 3 o 4, para suerte y alegría de sus buenos seguidores, pero no quedó ahí la cosa, porque la cerveza salió de su rincón decidida "a dar la pelea", patrocinada aquellos "home Brewers", los primeros cerveceros caseros, que dieron los primeros pasos, alumbrando una genuina y particular cerveza artesanal -en esos momentos más casera que artesanal -, plantando cara, pese a las dificultades que se generaban -por evidentes razones- en un sector tradicionalmente acotado y cerrado, como por una inexistente o escasa regulación normativa, especie de limbo legal o alegal, que todavía se da en muchos países.

   Lo mejor de todo, es que gracias a esos "cocineros", la cerveza adquiere una relevancia distinta, dejando de lado inercias e ideas preestablecidas, costumbres y topicazos. Ya no es el líquido claro, ámbar, amargo, semiamargo o desabrido, que lo mismo sirve para refrescar al parroquiano, al turista o al sediento compulsivo que se bebe lo que le echen. Ya no es la "convidada de piedra" de cualquier comida, asueto, tapeo o aperitivo. En definitiva ya no es "REFRESCO", ni una "vinacha" cualquiera.

             "No somos personas promedio, a nosotros nos gusta la buena cerveza"

            -Michael Jackson, periodista y escritor-

   Y siendo cierto, que "a cada santo le llega su día", a la "CERVEZA también. Con un inesperado despunte, varió su estatus, mudando a Diva. Surgiendo así una nueva estrella en este mundo viajero, inscribiendo su nombre en una ya extensa lista, que el siglo XXI continúa engrosando.

Y tras la tradicional Happy Hour, nace esta Happy "THOUR", impulsada por la cerveza.

   CERVEZA, en muchos casos, ya se escribe con mayúsculas, porque ahora es origen y pretexto, motivo y justificación de viajes, de turisteo, de citas, festivales y congresos, naciendo nuevas opciones y modalidades de viajes, tipos o actividades turísticas. Se abren escenarios, propuestas distintas, variopintas oportunidades y alternativas para el innovador, curioso, cervecero o gastrónomo. ¡ Y cómo no, para el snob y sus muchas variantes ! La CERVEZA ya no es la clac, comparsa o telonero, ahora es trama y  argumento principal, es la clave del arco.

   Así surgen y discurren los caminos de la Happy Thour.......

(Continuará...)

                "La cerveza es la causa y solución de todos los problemas de la vida"

                                                                             -Homero Simpson-

 (Atentos, pues consta acreditada la clarividencia, como cumplidos los pronósticos, de los Simpson).

 

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