Por el latín es Solanum,
y apellido tuberosum,
el latinazgo no cuenta,
por venir del altiplano.
Pues es hija de los Incas,
del Quechua y de la llanura,
y aunque la llamen patata
nunca dejó de ser papa.
Hija adoptiva de España,
de Irlanda, Francia y Holanda,
de Bélgica y hasta de Rusia,
que sus hambrunas calmaron,
con el tubérculo raro.