Círculo de Bellas Artes. Desde el cielo de Bellas artes, La Minerva de Juan Vassallo, diosa de la guerra y la sabiduría, además de protectora de las artes, vigila imperturbable la Calle de Alcalá. Solo 56 metros, 5 segundos en un ascensor nos permiten alcanzar la disputada azotea y sus perspectivas. Pero apenas se sale del elevador, algo trunca el propósito inicial, la majestuosa Minerva, la diosa enhiesta y soberbia se impone dominando el espacio, secuestrando la atención.
Es la impensada sorpresa que depara la azotea del Círculo de Bellas Artes y tras ella, cómo no, las bellas perspectivas sobre la Gran Vía, el edificio Metrópolis y su Victoria Alada, la Calle de Alcalá, la fuente de Cibeles y el Ayuntamiento en el antiguo Palacio de Comunicaciones, que ahora adopta el nombre de la diosa que preside la Plaza.
El apresuramiento inicial de algunos por plasmar el paisaje, así como las posturas se sosiega, cediendo en favor de la atractiva carta de viandas que ofrece la terraza del círculo -realmente muy gustosa-, por cierto perfectamente bien atendidos y mejor servidos.
Realmente el Círculo hace honor a las letras que transmiten ese buen deseo: "Te mereces el cielo".