Castillo de Curiel

16.09.2022

    En Castilla la Vieja, en tierra de castillos y vinos, distante 57 kilómetros de Valladolid y a un tiro de arco de Peñafiel, en lo alto del "peñón, aparece mayestático y "reconstruido" el castillo de arriba, o sea, el Castillo de Curiel del Duero. Pese a sus avatares, no es un castillo cualquiera, máxime cuando hasta la leyenda tan bien lo cita y enaltece:

   "Cuenta una leyenda que había un gigante que ponía un pie en el castillo de Curiel y otro en el de Peñafiel y bebía agua del Duero" 

    O el otro conocido dicho, siempre con permiso de los Peñafielenses:


"Buen castillo tendría Peñafiel, si no tuviera a la vista el de Curiel"

      Solo con escuchar este dicho popular, uno se puede imaginar la magnitud y belleza, que tuvo en sus buenos tiempos, aquellos en los que fue propiedad de unos reyes sabios, santos y también de belicosos, igual que sirvió de prisión del rendido en combate o caído en desgracia.

   Al parecer, el Castillo de Curiel del Duero, cuyo perímetro arraiga en época romana, siglo VII, es el más antiguo de Valladolid.  Esta inexpugnable atalaya pétrea, se alza sobre una obtusa peña a 900 metros de altura.

   Soberbio y añoso castillo, que dominó orgulloso el valle del Cuco, desde la Hispania romana, hasta la España reconquistada y entremedias, la ocupación de los musulmanes, hasta que fue perdiendo el poderío, a la par que las piedras, derruidas, expoliadas, triste reflejo de los tiempos y fatigas, por las que transitó el castillo y el "Regnum Castellae". 

   "Alfoz de Curiel"

   "Desde mediados del siglo XII, Curiel fue cabecera jurisdiccional de una zona geográfica integrada por seis villas: Bocos de Duero, San Llorente, Valdearcos, Roturas, Iglesias Rubias (desaparecida en el siglo XVII) y el propio Curiel como cabecera del Alfoz".

* Nota de la propia Residencia Real Castillo de Curiel


   Fue dote de Leonor de Plantagenet, para casar con Alfonso VII, y señorío de Doña Berenguela, bien llamada la Grande, cárcel de Don Diego de Castilla, preso en este recinto, sufriendo el cautiverio más largo, que cualquier noble padeció en la historia de España.

   Desde el cerro, testigo noble y mudo del tiempo, sobrellevó el largo periodo de abandono, desamortizaciones, expolio y ruina, hasta que en el 2003, fue objeto de una difícil y completa reconstrucción. A 900 metros de altura, hubo que intervenir en los sillares y hasta levantar una nueva torre del homenaje, proyecto y trabajo -más propio de sus antecesores romanos del siglo VII-, que no cualquiera hubiera podido llevar a cabo.

   Y el resultado a la vista está, espectacular, dominando nuevamente el lugar, orgullo de Curiel y motivo de envidia -sana- de su hermanastro el Castillo de abajo, llamado castillo palacio de los Zúñiga.

   La renacida fortaleza, es en la actualidad un hotel, o como reza su nuevo título, "Residencia Real Castillo de Curiel". De la reconstrucción de este hotel y restaurante, bien se puede decir -véase que se usa intencionalmente el término reconstrucción- que es impresionante; cuenta con una distribución práctica y funcional, muy pensada, que sin duda alguna, no solo ha restituido a la estructura, la "majestad" que nunca debió perder, también belleza y distinción, en cada una de sus estancias. Bien se puede calificar como un complejo con encanto especial.

El mobiliario, lámparas y esculturas, se ha buscado que sea acorde con el estilo del edificio y su actividad.

   El complejo, además de las  26 habitaciones y suites, con diferente distribución y temática, también dispone de otras zonas, como  restaurante, salones para eventos, salones de música y audiciones, hasta piscina, solarium, en la parte superior, en la zona almenada. 

Piscina, Solarium y las impresionantes vistas al valle, hasta el Castillo de Peñafiel, donde el gigante apoyaba su otro pie.

   En cuanto al restaurante, sinceramente otra sorpresa. Magnífico el local y el ambiente. Por supuesto también hay que hablar de la restauración, de la carta. Un menú con múltiples variantes. La cantidad de cada uno de los platos muy adecuada, el producto bien tratado, sabroso, una de las mejores comidas. Muy buen servicio y rápido, pese a que en el mismo momento, otras cuantas mesas se ocuparan con comensales recién llegados. El lugar, la atención, el ambiente, provocan que el visitante, el comensal, no solo se sienta a placer, sino que se traslade a otra época.



   Todo acompañado con un Ribera del Duero, tempranillo, Bodegas Arbás, de Piñel de Arriba. Es un tinto sabroso y equilibrado. Suave, taninos sedosos. Muy buen vino.

Fotografía reconstrucción. Castillo de Curiel del Duero. 2005-2006.
Atribución: Juan Pablo Zumel Arranz, CC BY-SA 4.0 <https://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0>, vía Wikimedia Commons.

Residencia Real Castillo de Curiel.    Tfno.:983. 880 401.       e-mail:       info@castillodecuriel.com

CURIEL DE DUERO (Valladolid)

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