Alcázar de Segovia

29.08.2022

   En lo alto de un cerro cercenado, cual la proa de un barco, destaca el Alcázar de Segovia. Este imponente castillo, construido por los Trastámara, se alza sobre los restos de las fortalezas de los diferentes invasores que dominaron la zona, a lo largo de los siglos, desde romanos hasta musulmanes, pasando por los visigodos. Esta circunstancia, demuestra la importancia estratégica de este promontorio  para cualquier ejército que pretendiera dominar la ciudad y el valle. 

   Conforme nos acercamos, destaca su emblemática torre de Juan II, majestuosa, perfecta. Para entrar a la fortaleza hay que sortear el foso, un precipicio natural de 26 metros de altura, que excavado por el agua, se interponía ante el invasor. Para ello, se servían de un puente levadizo, que en época de Felipe II, fue sustituido por uno de piedra.

   La torre de Juan II, de estilo gótico y 3 plantas se eleva sobre sus 80 metros y 152 peldaños, almenada y decorada con torrecillas, 12 en total. Su construcción como indica su nombre se debe a Juan II, entre 1440 y 1465, sobre una torre anterior. Se aprecia una ventana de estilo mudéjar, sobreviviente de la anterior. Una angosta escalera de caracol conduce hasta la parte superior.

   A la entrada, aparece un plano de la distribución del Alcázar; la Sala del Palacio Viejo, es la primera dependencia del castillo a la que se accede, en la que el visitante encontrará armaduras para los caballeros y para los caballos.

   Sala del Solio o Salón del Trono, bajo dosel; sobre las sillones el gran escudo de España, en época de los Reyes Católicos, con el águila de San Juan. En el dosel destaca el mote de los reyes, "tanto monta". En vidriera, el Rey Enrique IV a caballo. La decoración del salón es islámica, pudiéndose ver -provisionalmente- un óleo de José María Losada, en el que Don Juan del Pulgar hace entrega del documento de la rendición de Granada, a la Reina Isabel la Católica.

   Sala de la Galera, llamada así por el antiguo artesonado, similar a un casco de barco invertido, que fue destruido en uno de los incendios sufridos por el Alcázar, aunque pudo ser reconstruido a la perfección. También es llamada Sala de los Embajadores, porque aquí es donde los embajadores esperaban para ser recibidos por el rey. La sala fue mandada construir por Catalina de Lancaster en 1412.

   El mural representa la coronación de Isabel la Católica. La reina se encontraba en el Alcázar cuando falleció el rey Enrique IV -su hermanastro-, siendo coronada el 13 de diciembre de 1474, en la iglesia de San Miguel de Segovia, antigua iglesia que fue demolida en 1513. Es una pintura moderna, obra de Carlos Muñoz de Pablos, en la primera mitad del siglo XX.

   Algo curioso es que el autor decidió no pintar los ojos, no porque el día 13 de Diciembre de 1474 -día en que Isabel la Católica fue proclamada Reina de Castilla-, coincida con el de Santa Lucía, como afirma cierta leyenda urbana, sino que responde a una técnica del pintor. 

   La cámara regia, con la cama cubierta por un dosel de brocado en oro y escudo de armas. Las paredes están cubiertas por sargas pintadas con escenas típicas y de la vida cotidiana.

   Sala de los Reyes, construcción iniciada por Alfonso X y que finalizó en 1596. Está dedicada a los Reyes de Asturias, Castilla y León, con 56 reyes sedentes, junto con otras figuras históricas como El Cid.

   Sala del Cordón. Su nombre se debe al cordón franciscano que adorna las paredes y que según la leyenda mandó colocar Alfonso X como penitencia por su arrogancia. Fray Antonio de Segovia parece ser quien lo confesó e impuso semejante penitencia.

   Antigua capilla del Palacio, con el retablo de Nuestra Señora de las Nieves, obra del maestro Portillo, al parecer procedente de la Cartuja de Aniago. Desde la sala del Cordón, los reyes a través de las celosías podían oír misa sin ser vistos.

   Patio de Armas. El Alcázar de Segovia albergó el Real Colegio de Artillería, creado por orden del Rey Carlos III, el día 16 de Mayo de 1764, donde permaneció a lo largo de un siglo, salvo dos intervalos, el de la guerra de independencia y el de la invasión por los Cien Mil hijos de San Luis. El remate definitivo se lo dio el incendio de 1862, lo que obligó a trasladar la sede del que probablemente sea el colegio de formación de oficiales más antiguo del mundo, hasta el antiguo Convento de San Francisco, que también alberga el Museo de la Academia de Artillería. 

   En el Museo de Historia del Real Colegio de Artillería del Alcázar, se muestran uniformes, artilugios, máquinas, armas y documentos relacionados con la artillería. 

   El cañón Galopo, de 86 mm, con su cureña y el rayado de su ánima supuso una revolución en los disparos, mejorando la precisión.         Reproducción de un cañón reglamentario. Isabel II. 

 Máquina del caballero D'Arcy para probar la potencia de la pólvora.

   Los trabajos de Louis Proust, químico que formuló la Ley de Proust o de las proporciones definidas. Proust desarrolló gran parte de su trabajo en España, enseñó química en Madrid y fue profesor de clases de química y metalurgia en el Real Colegio de Artillería de Segovia. 

Al Alcázar de Segovia se accede por la Plaza de la Reina Victoria Eugenia, donde también se encuentra la Casa de la Química.

   * En el centro el monumento erigido en 1910, para honrar a los héroes del 2 de Mayo, Daoiz y Velarde.

   *Monumento en homenaje a la artillería, con su lema "la ciencia vence". En él destacan los rostros de:

    Tomás de Morla, de los primeros cadetes admitidos en la Escuela de Artillería, gran militar, estudioso y escritor en la materia.

    Joseph Louis Proust, fundador de la química moderna, profesor, investigador.

   Tomás Munárriz, general de artillería y profesor de la escuela de Segovia.

Las entradas al Alcázar pueden adquirirse On line, cómodamente, minutos antes de la visita o hasta con 45 días de antelación, en la siguiente página:

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